
Querida Rosa María:
Con mucha pena pero sin sorpresa, me entero de que te han cerrado el programa. Es el precio de ser honesta, independiente y talentosa, algo que en el Perú suele ser difícil de tolerar por los mediocres y deshonestos, tan influyentes en los medios de comunicación. Pero estoy seguro de que muchos miles de peruanos se sienten solidarios contigo e indignados con el atropello de que eres víctima. Estoy seguro que más temprano que tarde, volverás a la televisión a seguir dando esa buena batalla por la libertad y la decencia.
Te deseo lo mejor y te hago llegar todo mi afecto y admiración, al igual que Patricia y todo el resto de la familia. Un gran abrazo.
Mario Vargas Llosa
Madrid, 29 de junio del 2011.
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