En artículos de opinión publicada en medios escritos y sitios Web advertimos del acelerado proceso de desnacionalización, la pérdida de soberanía y la avasalladora penetración del capital transnacional en el mercado nacional. Además hemos sido frontales con el clero, poder oculto que se enriquece con la fe ciega de los “hijos” de Dios.
A raíz de las opiniones vertidas sobre la ofensiva neoliberal y la codicia de la iglesia las amenazas no tardaron en llegar vía teléfono, mensajes de texto, correos electrónicos; métodos cobardes y maquiavélicos propio de regimenes totalitarios.
Mientras otros callan por preservar la relación umbilical con el poder económico y “espiritual”, viven bajo los paraguas de la dictadura, se ocultan en el manto del silencio y aplauden a pie puntillas a García y Cipriani; preferimos permanecer de pie junto al pueblo. Las amenazas nos tienen sin cuidado, sabemos de donde vienen.
A raíz de las opiniones vertidas sobre la ofensiva neoliberal y la codicia de la iglesia las amenazas no tardaron en llegar vía teléfono, mensajes de texto, correos electrónicos; métodos cobardes y maquiavélicos propio de regimenes totalitarios.
Mientras otros callan por preservar la relación umbilical con el poder económico y “espiritual”, viven bajo los paraguas de la dictadura, se ocultan en el manto del silencio y aplauden a pie puntillas a García y Cipriani; preferimos permanecer de pie junto al pueblo. Las amenazas nos tienen sin cuidado, sabemos de donde vienen.
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