
El principal interés de los medios de comunicación de propiedad de los grupos de poder es generar mayor utilidad económica y mantener el “status quo”, de tal manera que la ganancia pueda seguir creciendo.


En la política, los medios de comunicación han asumido las funciones que antes tenían los partidos, es decir; promueven candidatos, alientan, atacan y crean inestabilidad a los gobiernos y, en otros casos apoyan é intervienen en la política poniendo parámetros en la elección de las autoridades.
Las campañas electorales están diseñadas pensando en los medios de comunicación, ya no se trata de convencer al electorado con propuestas y políticas de gobierno. Hay que ganar votos y los medios son los vehículos apropiados para llegar a mayor espacio geográfico y público objetivo.

La opinión pública está condenada al bombardeo de la información, la noticia es maquillada a la medida y exigencia de los “señores” de los medios de comunicación, y estos a su vez cumplen a pie puntillas las órdenes de los grupos de poder. Sus paradigmas de imparcialidad, independencia y pluralidad han quedado sumergidas en la oscuridad y consecuentemente sufren un grave problema, la pérdida de credibilidad”.
El poder de influencia de los llamados “creadores de opinión” es brutal y abrumador, se han convertido en un objeto social de consumo imprescindible y de primer orden;

¿Qué opinan los ciudadanos de los medios de comunicación? confían muy poco; la corrupción, la excesiva politización, la baja calidad de contenidos y la falta de ética son los principales problemas. En la medida que los medios de comunicación logren ser transparentes y objetivos en la información, ésta generará credibilidad y confianza.
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