20 oct 2008

EL IMPERIO VATICANO



El imperio Vaticano -Opus Dei- es una empresa transnacional de marca mundial; el gerente general (el papa) es electo por la asamblea de accionistas (colegio de cardenales), los gerentes nacionales son los arzobispos, los gerentes regionales los obispos y los concesionarios para la venta de la mercancía son los curas.

El Vaticano es una mafia política y económica que practica el arte del engaño, invierte en bancos y empresas más grandes del mundo, posee una riqueza incalculable en bienes raíces-heredada de manera fraudulenta- los cuales generan pingues ganancias.

Las compañías multinacionales, los magnates de la prensa y la banca, los jefes de Estado y gobiernos son la crema y nata del Opus Dei, allí se “cocinan” los pactos mas infames en nombre de Dios.

El afán de lucro y ansia de poder en la estructura de dominio de la iglesia católica no tiene límite. El imperio Vaticano es un consorcio económico que busca la rentabilidad del dinero más allá de cuestiones morales y éticos.

La riqueza de la gavilla de sinvergüenzas que se esconden bajo el manto de la sotana son astronómicos y, ¿cómo han llegado a esta inmensa fortuna? subyugando y obligando a los fieles a la eterna servidumbre.

Para el papa fascista Joseph Ratzinger, gerente general de Vaticano, el Perú es cabecera de playa para las inversiones de Opus Dei en América del sur.

Y ¿qué papel cumple cierta prensa en los negocios del clero? maquillar, manipular y vender. La información se vuelve en una mercancía bien envuelta para distraer y engañar.

El periodismo cuando no es una pasión o una vocación de servicio es un simple puesto de trabajo con el que algunos se ganan la vida. Cuando cae en sucias manos y en la adulación rastrera del poder constituido es un terrible instrumento del mal, pierde imparcialidad, independencia y pluralidad.

Cuando la iglesia católica apoyó a las dictaduras más sanguinarias de la historia (Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, Videla) y sostuvo guerras contra todos los que pretendieron arrebatarle el mercado, encontró en la prensa un aliado de primer orden, así logro imponerse en Europa y estableció agencias permanentes en América.

Los medios de comunicación serviles al imperio Vaticano son cómplices de los crímenes y genocidios cometidos en nombre de Dios. Esta prensa rinde pleitesía a la casta dominante del clero y se pone de rodillas ante la oscura y fría sotana a cambio de unas cuantas monedas.

Está advertido, no vaya a misa; los templos son el peor sitio para pasar, allí se respira una atmósfera contaminada y nauseabunda por las atrocidades que comenten estos hijos de diablo.

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