
Las banderas anti-imperialistas fueron el motor de las movilizaciones y, sobre la ola de esta aguda confrontación, cayeron gobiernos que aplicaron planes de contrarrevolución económica diseñados por el FMI, el BM, las multinacionales y el imperialismo.
La lucha del pueblo venezolano impidió que el imperialismo y sus gobiernos lacayos pudieran imponerse, incluso desde el punto de vista político-militar. Esta experiencia es replicada en Bolivia y Ecuador para avanzar hacia la conquista del socialismo.
El peso político de Hugo Chávez sobre los sectores populares ha favorecido al avance del proceso bolivariano. Venezuela vive una “revolución política anti-burocrática", asiste a la caída de la vieja y traidora burocracia, se producen referéndum donde nuevas dirigencias sindicales derrotan a rancias burocracias, de 20 ó 30 años de dictadura en los sindicatos.

En Venezuela se viene produciendo una experiencia exitosa interesante, el entendimiento del gobierno con el empresariado nacional y las multinacionales en la materialización de acuerdos específicos con reglas de juego claras, todo ello favorecidos por la bonanza petrolera.
El “Socialismo del Siglo XXI” planteado por Chávez, ha sido recibido con interés por el pueblo; las interpretan al calor del proceso revolucionario. Se habla de “fases”, donde se combinarían distintas “formas de propiedad”; habría una “revolución anticolonial burguesa”.
Pero nada de esto es nuevo. La revolución nicaragüense fue derrotada por aplicar esa teoría, al que se denominó “economía mix

No hay dos etapas de revolución. Si no se avanza hacia el socialismo, rompiendo con la burguesía y expropiando, no hay cambios de fondo; como dijo “Che”: “Es revolución socialista o es caricatura de revolución”.
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