3 nov 2008

ASESINOS A SUELDO

La plaza de Acho nuevamente es escenario de carnicería a sueldo, barbarie humana perpetrada por la jauría de asesinos de la tauromaquia.

La fiesta de la muerte fue desgarrador, indefensos animales son asesinados con total impunidad y extrema crueldad.

Y ¿quién frena este acto salvaje; el cardenal Cipriani? ¡No! Al cardenal le importa un “comino” la vida, su misión es defender al imperio Vaticano, a las multinacionales, a la burguesía nacional y al gobierno aprista en caída libre; mueve sus fichas en esa dirección.

En este caso, el cardenal ha guardado silencio sepulcral. La iglesia admite la práctica de la tauromaquia con todas sus implicancias.

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