3 nov 2008

EL OTRO TÍO SAM

Barack Obama, es el virtual primer presidente negro de Estados Unidos, ha logrado capitalizar el voto de la juventud, de los blancos del sur y latinos; a pocas horas del proceso electoral la suerte del Republicano Jhon McCain esta echada.

El "nuevo" Tío Sam, nació en el verano de 1961, año en que los famosos "Jinetes de la libertad" se enfrentaron a la fuerza bruta del racismo del sur, para acabar con la segregación racial en las terminales de los autobuses "Dixie".

Obama no nació en los estados de la vieja confederación, donde surgió la lucha por los derechos civiles, sino en Hawai. Sus padres eran de Kenia y Kansas, de ahí que su educación primaria tuvo lugar en Yakarta.
El nuevo inquilino de Casa Branca, en esos tiempos se caracterizó por la búsqueda de su identidad más que por la lucha por la igualdad. Y mediante el uso y abuso del alcohol, la marihuana y la cocaína, Barack Obama encontró la forma "de empujar esas preguntas fuera de mi mente", como confesó en sus memorias publicadas en 1995.

La verdadera identidad de Obama continúa siendo un enigma. El cliché explotado en su campaña dice que Obama es un africano y un americano, pero no un auténtico afroamericano.

Obama hizo trabajo comunitario en los 80 ayudando a los menos privilegiados en Chicago, muchos de los cuales eran negros.

Pero sus credenciales en cuanto a derechos civiles son un tanto débiles en comparación con otros legisladores negros, como por ejemplo el congresista John Lewis, un veterano de los "Jinetes de la Libertad" y del Domingo Sangriento en Selma, en 1965, cuando los defensores de los derechos civiles fueron golpeados salvajemente por la policía.

Conocido antaño como el "sur sólidamente democrático", los estados de la vieja confederación se tornaron rápidamente un bastión de los republicanos después de las reformas a los derechos civiles de los 60, que frenaron la discriminación racial.

Desde que se aprobó la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965, todos los presidentes han sido sureños: Lyndon Johnson, Jimmy Carter, Bill Clinton, y -sus contrariados simpatizantes dirían que también- Al Gore.

Los candidatos presidenciales exitosos necesitan ganar el voto del sur. Los estrategas de campaña entendieron esta verdad histórica, así lograron posesionar en tiempo real al producto "Obama"en el mercado, el cual facilitó el camino a Barack Obama a Casa Blanca.

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