25 nov 2008

EL PROYECTO CÁRCEL


Remigio Hernani, ministro del Interior, reconoció ayer que existe un plan represivo contra ciudadanos nacionalistas y marxistas. Confirmó, así, lo denunciado por nuestro diario.

Hernani dice que es la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (DINCOTE) la que solicita la detención de varios dirigentes políticos.

Cuando la periodista Patricia del Río de RPP preguntó cuál es la acusación, Hernani respondió: “Hay una investigación relacionada con el terrorismo internacional”.

Allí está la madre del cordero. Mejor dicho, allí están la madre y el padre. La respuesta indica que el plan represivo existe y que el ministro lo conoce. La orden de detención no ha nacido del aire.

Algo más. Si el problema supuesto es el terrorismo internacional, quiere decir que eso es manejado en esfera supranacional. Esto apunta, por supuesto, a la CIA, preocupada por la creciente ola izquierdista en América Latina.

El país sabe que ninguno de los políticos amenazados tiene vínculos con el terrorismo. Expresan puntos de vista de oposición y crítica a un régimen que se caracteriza por gobernar para los ricos y las transnacionales, sin miramientos por los intereses del país, es decir, de los campesinos, los obreros y los industriales, amenazados de ruina por tratados de libre comercio que Alan García y su equipo negocian por debajo de la mesa.

En ese escenario se saca de la manga, sin razón o pretexto creíble, el plan represivo. El hecho de que se incluya en el proyecto la prisión de Ollanta Humala revela la naturaleza de aquél. Los sectores más reaccionarios del Perú, cuyo portavoz es Alan García, están montando un aparato de represión y manipulación con miras al 2011.

En ese marco hay que colocar también las maniobras contra la libertad de prensa y expresión, tendientes a acallar voces no siempre radicales. LA PRIMERA sufre ya no sólo las agresiones verbales del primer mandatario, los atentados judiciales, los vetos de la publicidad estatal, sino también diversas formas de calumnia y sabotaje.

En las semanas que vienen, a medida que se disipan las cortinas de humo propagandísticas de la APEC, veremos cómo saltan a la palestra los paladines “periodísticos” del maccarthismo, la soplonería, la calumnia, la injuria y la adulación al gran jefe.

No nos engañemos. Lo que se viene es una campaña de tierra arrasada. Los directores y financistas de ese operativo son los privilegiados del fundamentalismo neoliberal de García y sus conmilitones: la gran minería y la gran agroexportación costeña.

Para los sectores nacionalistas y populares es éste un desafío mayor. Exige, por eso mismo, apretar filas, forjar una firme unidad, y excluir provocadores y saboteadores. Martín Adán, tan ajeno a la política, lo presagió en un verso: “Unidad, unidad para otra primavera”.
Escrito por César Lévano/LA PRIMERA

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