En efecto, el llamado Plan -que se basa en buena parte en créditos que, si llegan, inflarán la deuda externa- trae su pan de oro bajo el brazo: el Reglamento de las Asociaciones Público-Privadas, destinado a los empresarios que en el Perú suelen no tener empresa ni capital.
El supuesto Plan omite aspectos sustanciales como el estímulo al agro destinado al consumo interno.
En cambio, entrega a los grandes empresarios un regalo único en la historia de la economía mundial: podrá
No sé por qué, pero tengo el pálpito de que muchas mineras, de esas que sí pagan impuestos, ya estarán pensando en construir vías que servirán a sus propios y exclusivos intereses, no al país o la región.
Algunos “empresarios” fracasados como Jaime Cáceres (CONFIEP) o simples lobbistas como Gonzalo Prialé tienen ya, por añadidura, a la vista apetitosos negocios: ayer publicó El Peruano el Reglamento de las Asociaciones Público-Privadas.
El Reglamento regula los alcances del Decreto Legislativo 1012 dado a conocer el 13 de mayo último, cuyo considerando principal afirma “que resulta indispensable contar con un marco legal que regule la participación del sector privado en la operación de infraestructura pública o la prestación de servicios públicos”.
Los interesado

Como se decía en mis tiempos: “el vivo vive del zonzo, y el zonzo, de su trabajo”.
Rasgos fundamentales del Plan García son la improvisación y la incoherencia. Recuérdese que hasta hace pocos días él decía que el Perú estaba blindado contra la crisis.
Esto va a durar un año o un año y medio, repetía.
Esas fallas conceptuales se reflejan en el Plan: si la crisis va a ser de corta duración, ¿para qué pensar en

El apuro ha obligado a considerar como un hecho el logro de créditos por US$3,000 y 7,000 millones. En un mundo donde el dinero escasea y hasta el FMI bordea la quiebra, ¿quién asegura la llegada de ese dinero?
Por último, desde que la crisis asomaba, hemos pedido seguir el consejo de Theotonio dos Santos: emplear parte de las reservas del BCR en planes de salud, educación y vialidad.
Además, para reanimar la demanda interna urge, ahora más que nunca, un aumento de sueldos y salarios.
Escrito por César Lévano/LA PRIMERA
No hay comentarios:
Publicar un comentario